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El hábito del tabaquismo ¿costumbre o enfermedad?

El hábito del tabaquismo ha perpetuado en nuestra sociedad desde años atrás, por décadas se impregnó en la cultura y en la sociedad. El tabaquismo es de los hábitos más nocivos para el consumidor, como para las personas que lo rodean, a esta personas se les conoce como “fumadores pasivos”. Se ha comprobado que este factor externo puede aumentar la mortalidad de 15 a 20 años, sin mencionar los múltiples problemas de salud que se pueden llegar a desarrollar en vida. Diversas investigaciones han demostrado que este hábito ocasiona al organismo humano un daño significativo mayor al que se creía anteriormente, lo que conduce a una mortalidad elevada y a una disminución de la calidad de vida del consumidor y los que lo rodean. El inicio de esta adicción puede surgir por diversas variables desde una edad muy temprana, es una costumbre fácil de adquirir y muy difícil de desarraigar de una persona. Es común que en jóvenes inicie por la necesidad y el deseo de pertenencia, por imitación (padres, redes sociales, actores, influencers), por curiosidad, situaciones de estrés o depresión. Antiguamente, la falta de información acerca de las consecuencias que acarrea el tabaco era nula o muy escasa, sin embargo, recientemente se ha iniciado una fuerte campaña en contra del tabaco, poniendo restricciones, difundiendo información a la población desde edades muy tempranas, con el fin de prevenir que el uso del cigarro se perpetúe a una siguiente generación, y que las personas que lo consuman sea con la conciencia plena de las posibles consecuencias que pueda tener en su salud.

 

Entre los principales motivos por el cual el cigarro es nocivo, se debe a que la temperatura de un cigarro encendido alcanza los 300 grados Celsius, mientras que el humo que se inhala tiene una temperatura de alrededor de 55-60°C. Esta diferencia entre la temperatura del humo y el aire que respiramos tiene un impacto negativo en el cuerpo, afectando inicialmente el esmalte dental y las mucosas de la boca y la nasofaringe, que son puntos de entrada para muchos microorganismos. Además, el calor elevado es un factor clave para la creación de numerosos compuestos que no se encuentran en el tabaco común, el cual ya contiene una considerable cantidad de sustancias tóxicas. Un cigarro encendido puede compararse con una fábrica química que produce más de 4,000 compuestos distintos, incluyendo más de cincuenta sustancias cancerígenas y otras de naturaleza tóxica o irritante. 

 

Consecuencias clínicas del tabaquismo

El tabaquismo es una de las tres principales causas de enfermedades cardiovasculares, y alrededor del 25% de los fumadores crónicos sufren de estas afecciones. Se estima que el tabaco es responsable del 30% de todas las muertes por cáncer y del 85% de las muertes por cáncer de pulmón. También se asocia con el 35% de las muertes por enfermedades coronarias, siendo una de las principales causas. Además, el tabaquismo está estrechamente vinculado con el 90% de los casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

La mitad de los fumadores crónicos morirán a causa del tabaco, y el 25% de ellos fallecen antes de los 60 años. Fumar está relacionado directamente con diversos problemas de salud, como la aterosclerosis, el deterioro del sistema nervioso central, trastornos cognitivos, retrasos en el crecimiento infantil, artritis, artrosis, aceleración del envejecimiento, alteraciones en los espermatozoides, disminución de la potencia sexual, infertilidad, complicaciones en el embarazo, bajo peso al nacer, abortos espontáneos, malformaciones, trastornos menstruales, menopausia temprana, osteoporosis, disminución de la capacidad laboral e intelectual, y problemas psicológicos como depresión y ansiedad.

El tabaquismo también aumenta la probabilidad de desarrollar adicciones a la nicotina y otros tipos de dependencia, como el alcoholismo o el consumo de drogas. Entre los efectos físicos, se incluyen el empeoramiento de la apariencia externa, mal aliento, caries, enfermedades de las encías, pérdida de dientes, y varios tipos de cáncer (boca, laringe, faringe, pulmones, riñón, vejiga, próstata, mama, cuello uterino, tubo digestivo), además de afecciones como gastritis, úlceras pépticas, cirrosis hepática, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, neumonía, derrame pleural y asma.

En el ámbito cardiovascular, el tabaquismo provoca hipertensión arterial, arritmias y dislipidemia (aumentando el colesterol malo y reduciendo el colesterol bueno), además de ser un factor negativo en el paciente con diabetes, favoreciendo la resistencia a la insulina. El consumo de tabaco también contribuye a trastornos circulatorios, trombosis, tromboembolismo y un incremento en los niveles de cortisol y catecolaminas, lo que afecta negativamente el sistema inmunológico, debilitando la capacidad del organismo para combatir infecciones. Asimismo, se observa un aumento en el catabolismo del cuerpo, disminución de las capacidades físicas y respiratorias, así como una reducción en el consumo máximo de oxígeno.

 

El cigarro contiene varias sustancias que son perjudiciales por diversos motivos:


  • Nicotina: Responsable de la dependencia al tabaco, trastornos cardiovasculares y cáncer.
  • Monóxido de carbono (CO): Responsable de los trastornos circulatorios 
  • Alquitrán: Responsable del cáncer y la inmunodepresión

 

La Asamblea Mundial de la Salud estableció el Día Mundial sin Tabaco en 1987 con el propósito de concienciar al mundo sobre la epidemia del tabaquismo y sus consecuencias mortales. El 31 de mayo de cada año se conmemora a nivel global el Día Mundial Sin Tabaco. Esta fecha tiene como objetivo educar al público sobre los riesgos del consumo de tabaco, las estrategias comerciales de las empresas tabacaleras, las acciones de la OMS para combatir la epidemia del tabaquismo, y sobretodo, lo que las personas pueden hacer para defender su derecho a la salud y de proteger a las generaciones futuras.

En el mismo sentir, la OMS estipulo tres vertientes por las cuales se crea una estrategia que busca prevenir la adicción al tabaco, las cuales abordan el problema desde diferentes ámbitos:

-Prevención: enfocarse en atender primeramente a  los niños y adolescentes, enfocarse en los proyectos de educación en escuelas, instalaciones recreativas, deportivas y sobre todo en los hogares. 

-Protección: Exigiendo  que las autoridades se aseguren que se prohíba el consumo de tabaco en espacios públicos, para evitar que las personas inhalen el humo, y así evitar que más personas se conviertan en fumadores pasivos, lo que es considerado como un factor de riesgo para desarrollar una Enfermedad Crónica No Transmisible

-Abandono: Es fundamental que los profesionales del área de la salud se centren en trabajar con los pacientes que presenten una adicción al tabaquismo, con el fin que abandonen este hábito. Es necesario  hacer comprender a las personas la importancia de un estilo de vida saludable, en el cual el cigarro no está incluido. Aunado a lo anterior es  importante presentar las pruebas clínicas que demuestran las consecuencias del tabaquismo, respaldadas por evidencia científica del problema; pero es vital tener en cuenta que solo un pequeño porcentaje de las personas que dejan de fumar logran abandonarlo por completo sin sufrir recaídas. 

Beneficios del ejercicio y la actividad  física en el abandono del tabaquismo

El ejercicio físico no solo mejora la salud general, sino que también puede ser una terapia eficaz para ayudar a dejar de fumar, controlando el estrés y las ansias durante el proceso. Aunque la evidencia de su efectividad para abandonar el tabaco es débil, se ha demostrado que reduce los síntomas de abstinencia, el deseo de fumar y el aumento de peso. Incorporar ejercicio en los programas para dejar de fumar ofrece tres beneficios clave: 1) disminuye el estrés y mejora la autoestima, 2) ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y a distribuir nutrientes saludables, y 3) previene el aumento de peso, que es común al dejar de fumar, al mejorar la absorción de nutrientes y reducir el apetito. 

Para lograr que una persona deje de fumar de manera definitiva, es fundamental un enfoque integral que considere tanto su salud física como mental. Esto implica conocer su historial médico, su estado de salud actual, los factores de riesgo y su estilo de vida. Además, es esencial brindar apoyo psicológico profesional y destacar la importancia del respaldo familiar, así como el uso de técnicas específicas para abandonar la nicotina. Solo a través de este enfoque completo se puede trabajar efectivamente a largo plazo para lograr el abandono definitivo del tabaco.

Referencias: 

1.Pancorbo Sandoval AE. Medicina y ciencias del deporte y la actividad física. Ergon, editor. Vol. 1. Barcelona (España): OCEANO; 2008.

2.Día Mundial Sin Tabaco 2020 [Internet]. Paho.org. Disponible en: https://www.paho.org/es/campanas/dia-mundial-sin-tabaco-2020

  1. Día Mundial Sin Tabaco [Internet]. Who.int. Disponible en: https://www.who.int/es/campaigns/world-no-tobacco-day

4.Scielo.cl .Disponible en: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-73482017000300246

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