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Nutrición y el embarazo

El embarazo es una etapa que se puede dar en la vida de una mujer para procrear a un ser vivo, alterando su organismo durante diversas etapas.

El embarazo representa el periodo entre la concepción y el nacimiento, en casos óptimos sin complicaciones, el cual en promedio puede durar aproximadamente 40 semanas. La evaluación del estado de salud de mujeres embarazadas es de suma importancia debido al constante aumento de peso en cada trimestre, por lo que se debe estar en un constante monitoreo para poder detectar tempranamente posibles desviaciones imprevistas, con el fin de poder intervenir con antelación de forma oportuna. El aumento de peso es algo asegurado, sin embargo, no es recomendable iniciar un embarazo  si el Índice de Masa Corporal (IMC)  se encuentra por arriba de 30 kg/m2, ya que podría clasificarse en obesidad, aumentando el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto. Dicho esto, lo más recomendable sería que una mujer inicie el periodo de embarazo con IMC normal (18.5 – 24.9 kg/m2), considerando otros parámetros bioquímicos de referencia.

El peso corporal aumentado durante el embarazo se suele perder en un plazo de tres meses a aproximadamente tres años, dependiendo de diversos factores. Es importante señalar que la ganancia de peso en la mujer se da por el crecimiento del feto, el aumento de la placenta y otros líquidos orgánicos, así como el crecimiento de otros tejidos de reserva energética, lo cual es un proceso natural del organismo humano en dicha condición, considerando que estos cambios no son constantes, sino que van variando según el momento de la gestación en el que se encuentre.

Tomado de: Suverza A. Evaluación antropométrica en poblaciones especiales.Suverza A Haua K,editor (as).El ABCD de la evaluación del estado de nutrición.Segunda edición. McGraw Hill education.2023. pag 321.

El embarazo se puede subdividir en tres partes principalmente, es decir, tres trimestres. En el primer trimestre es en donde se considera que hay un mayor riesgo de una posible pérdida del feto, también se caracteriza por su sintomatología (náuseas, vómitos, estreñimiento, pirosis, cefalea, entre otros síntomas) los cuales son ocasionados por los cambios hormonales y pueden ser los responsables de alguna pérdida de peso, por lo que se considera que en este trimestre no se va a presentar ningún aumento de peso significativo. A diferencia de lo anterior, en el segundo trimestre se tiende a observar que va a existir un aumento considerable y gradual de peso, el cual será mayor para llegar a su tasa más alta en el último trimestre.

Es por eso que, se debe considerar ciertas pautas para empezar a realizar la evaluación de una mujer embarazada obteniendo datos específicos como los siguientes: 

  • Antecedentes heredofamiliares 
  • Situación socio-económica 
  • Factores que influyen en hábitos dietéticos: religión, costumbres, tabúes 
  • Antecedentes de enfermedad, drogadicción, tabaquismo 
  • Otros factores: consumo de fármacos con frecuencia, regímenes dietéticos 
  • Administración previa al embarazo de suplementos vitamínicos u otros medicamentos 
  • Dieta habitual para conocer la cantidad y calidad de los alimentos que consume diariamente

 

Es importante que la madre se encuentre en una condición saludable para llevar a cabo una gestación sin problemas de salud, asociados a deficiencias nutricionales. No se conocen muchas fórmulas para poder detectar malnutrición en mujeres embarazadas, sin embargo, la manera más común de poder de tomar estas medidas es el IMC en donde se utilizan como referencia los Puntos de Corte de las Tablas Antropométricas de la Embarazada Cubana (INHA, 2009).

El incremento del requerimiento energético es un punto clave en cualquier embarazo, pero la cantidad que se va a aumentar puede variar dependiendo el caso específico, por lo tanto, si la paciente se encuentra en un estado de malnutrición o bajo peso, así como ser una mujer adolescente, pudiera tener un mayor aumento de demanda energética en comparación de casos como una mujer con sobrepeso y obesidad. Este requerimiento va fluctuando dependiendo de las diferentes etapas de la gestación. 

Pero ¿Cuánto?

La UNICEF  recomienda adicionar 85 kcal, 285 kcal, 475 kcal en el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo, respectivamente, en el caso de mujeres adultas. En el caso de las adolescentes, se recomienda  adicionar 85 kcal, 285 kcal, 285 kcal en el primer, segundo y tercer trimestre, respectivamente; mientras que en el caso de mujeres que se encuentren con desnutrición, la recomendación es adicionar de 675 kcal a 370 kcal aproximadamente, en función de la progresión y/o aumento de peso corporal.En el primer trimestre las necesidades energéticas no varían mucho, sin embargo, es esencial que exista un aporte de nutrientes de calidad para el correcto desarrollo del feto, por lo que es recomendable ingerir alimentos de elevada densidad nutricional, ricos en vitaminas y minerales.

El segundo trimestre requiere una mayor demanda energética, esta será crucial para el desarrollo del feto y próxima lactancia, en base a los depósitos de  ácidos grasos en la madre, por lo que se debe procurar cuidar el aporte energético en esta etapa para asegurar una  lactancia óptima, esto sin exceder el consumo de alimentos ultraprocesados y ricos en azúcares simples. En el tercer trimestre habrá un incremento de requerimiento energético, considerando el tamaño y el peso del feto en este último trimestre, pero debe ser monitoreado por un especialista para determinar las recomendaciones individuales.

Como se mencionó anteriormente, la calidad de la alimentación de una mujer embarazada es clave para el adecuado desarrollo del feto, por lo que es primordial que se cumplan con los requerimientos necesarios de macronutrimentos y micronutrimentos.

En términos generales se puede recomendar tener una distribución de macronutrientes en función de la ingesta total diaria de la siguiente forma:

Proteínas de alto valor biológico: 12%

Lípidos monoinsaturados y poliinsaturados: 25%

Hidratos de Carbono: 75 %.

Estos últimos se recomienda que se consuman mayormente complejos  (frutas, avena, arroz integral, papa, camote, etc), y evitar que el consumo de azúcar supere el 10% de ingesta total de energía.

Se puede concluir…

El embarazo es una etapa de desequilibrios en el organismo, que dan pie a la creación y desarrollo de una vida, enfrentando diversos retos. Es importante no descuidar la valoración nutricional y los cambios en su composición corporal de una mujer embarazada, debido a que es crucial para el proceso de desarrollo del feto  y con el fin de evitar problemas de salud para ambas partes.

Finalmente, se debe considerar que el aumento de peso debe ser monitoreado con un profesional de la salud, englobando las áreas de medicina, nutrición, fisioterapia, entre otros.

Fuentes:

Suverza A Haua K. El ABCD de la evaluación del estado de nutrición. Segunda edición.México.McGraw Hill education.2023.

Zayas G , Chávez H, Roque P. Manual para la atención alimentaria y nutricional a embarazadas en hogares maternos.[Internet]. 2023.

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