
El Síndrome Metabólico (SM) es un conjunto de anormalidades del organismo, las cuales se consideran como un factor de riesgo elevado para desarrollar diversas enfermedades y/o complicaciones.
El SM es considerado en la actualidad como una importante forma de evaluar riesgo cardiovascular y diabetes a nivel mundial.
El extenso número de publicaciones a nivel mundial nos da una idea de la importancia del diagnóstico y practicidad en su aplicación. Hoy en día se ha tratado de unificar criterios para tener un consenso en su diagnóstico, de tal manera que el síndrome metabólico sea una herramienta útil y práctica para evaluar riesgo cardiovascular y diabetes, además de ser una aplicación sencilla, considerando la población de estudio y región geográfica.
Este síndrome se caracteriza principalmente por la presencia de ciertas alternaciones como: resistencia a la insulina, cifras elevadas de presión arterial, alteraciones lipídicas (hipertrigliceridemia, descenso del HDL), aumento de ácidos grasos libres y una circunferencia elevada de cintura, que se correlaciona con diversas alteraciones que afectan la salud.

Dada la estrecha relación entre obesidad abdominal e insulino resistencia, se ha planteado también que la obesidad abdominal sería el más importante de los factores de riesgo y el que conllevaría al desencadenamiento de las demás anormalidades en el síndrome y sus alteraciones metabólicas por el exceso de este tejido de reserva energética. La obesidad abdominal, que implica el aumento y acúmulo de grasa a nivel visceral (depósito de tejido graso principalmente en hígado, músculo y páncreas), tendría la mayor implicancia en el desarrollo del síndrome por la formación en el tejido graso de sustancias químicas llamadas adipoquinas, que favorecen estados proinflamatorios y protrombóticos, que a su vez van a conducir o contribuir al desarrollo de insulino resistencia, hiperinsulinemia, alteración en la fibrinólisis y disfunción endotelial.
Los criterios de diagnóstico del SM han sido propuestos por organizaciones como las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), International Diabetes Federation (IDF), National Cholesterol Education Program Adult Treatment Panel III (ATP III) y la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), tratando de consolidar criterios y herramientas factibles para el adecuado diagnóstico de este.

En la imagen de arriba se menciona de manera resumida, los principales criterios a considerar para su posible diagnóstico por un profesional del área de la salud.
Cabe mencionar que, estas alteraciones son una forma de evaluar el riesgo cardiovascular de una persona, mediante la valoración y exploración física, que nos ayuda en el seguimiento y control de los pacientes.
Debemos saber que, los factores genéticos de cada persona, pueden estar fuertemente asociados con las probabilidades del desarrollo de alguna complicación de la salud en función de las condiciones ambientales que pueden ser modificables como los hábitos de alimentación y actividad física.
Por lo tanto, la evaluación del SM debe sustentarse en una buena historia clínica donde se evalúe los antecedentes de la persona y se realice un buen examen físico.
La evaluación correcta de cada componente del SM nos llevará a buen diagnóstico y a detectar personas de riesgo alto que pudieran no estar siendo consideradas como tal, siendo tratadas por factores de riesgo individuales.
FUENTES
- Won KB, Chang HJ, Kim HC, Jeon K, Lee H, Shin S, et al. Differential impact of metabolic syndrome on subclinical atherosclerosis according tothe presence of diabetes. Cardiovasc Diabetol. 2013; 12:41.
- Lizarzaburu J. Síndrome metabólico: concepto y aplicación práctica. An Fac Med (Lima Peru : 1990). 2014;74(4):315.